Existen ciudades en las que te puedes sumergir, empaparte de aires diferentes y rescatar una y otra vez sus recuerdos que quedan grabados por siempre en tu retina.
Incluso sus olores añejos aún siguen persistiendo en mi memoria.
Lisboa, ciudad mágica, te envuelve desde el primer momento con ese aire antiguo que inunda sus calles, plazas,edificios y tranvias.
La capital Portuguesa bañada por el Tajo es ciudad de los sentidos y cuna de los versos de Saramago o Pessoa.
Lisboa enamora, desde el primer mometo. Si cierro los ojos puedo ver las calles empedradas, el bullicio de sus miradores,las cuestas que suben al cielo.
Lisboa mezcla de ocre y oro respira melancolía y belleza por todas sus grietas.
Incluso sus olores añejos aún siguen persistiendo en mi memoria.
Lisboa, ciudad mágica, te envuelve desde el primer momento con ese aire antiguo que inunda sus calles, plazas,edificios y tranvias.
La capital Portuguesa bañada por el Tajo es ciudad de los sentidos y cuna de los versos de Saramago o Pessoa.
Lisboa enamora, desde el primer mometo. Si cierro los ojos puedo ver las calles empedradas, el bullicio de sus miradores,las cuestas que suben al cielo.
Lisboa mezcla de ocre y oro respira melancolía y belleza por todas sus grietas.
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